Dienstag, 28. August 2007
Del Miche Rock Festival y emos
Barranquilla vuelve a respirar el aroma de rock. Para el regocijo de muchos. Y la incertidumbre de otros.
Después del evento presenciado el pasado 25 de Agosto en la plaza de la Paz me quedaron algunas cosas en claro: este es un género que congrega verdaderas masas; aunque también puso en evidencia que el rock en Barranquilla solo se presenta al público por iniciativa de unos pocos, en este caso Miche Producciones y el Instituto Distrital de Cultura.
Suena muy bonito todo, pero la primera reacción que tuve al momento de recibir la tarea fue de desagrado— Que seré sincero: no soy roquero, estaba resfriado aquella tarde, amenazaba con llover y… bueno, digamos que lo poco que he escuchado sobre estos eventos no me atrae mucho. Pero en el trabajo del periodista las ataduras subjetivas deben tratar de evitarse, ¿no?
De frente a Dios
Esa tarde iniciaría la segunda eliminatoria del festival de rock más importante de la Costa Caribe, en la Plaza de la Paz a las 5:30 p.m. Llegué a eso de las 5:45 p.m. y mi primera reacción fue descubrir lo pequeña que era dicha plaza; quiero decir, en mis vagos recuerdos, la plaza era grandísima. Luego, estando allí, comprobé que los recuerdos realmente pueden engañarlo a uno (también comprobado científicamente, por cierto):
Lo que recordaba como una inmensa plaza que ocupaba toda una manzana era realmente el parque de la Plaza de la Paz. La plaza en sí era pequeña, y sobre ella se posaba una tarima enmarañada de cables, vallas y músicos, obviamente, cada uno esperando su turno de presentarse. Cuando llegué, la asistencia era poca y la los roqueros asistentes se movían inconscientemente con el vaivén del ritmo tropical.
Otra cosa que llamó mucho la atención y, que me hizo hasta estremecer como católico Light que soy, fue que en dicho concierto donde varios de los géneros musicales han sido catalogados alguna vez como “blasfemos” por más de un clérigo, se llevara a cabo justo en frente de la iglesia más significativa para Barranquilla.
Si se analiza desde otra perspectiva (una muy sensible, por cierto), es como si los escupitajos de los cantantes pudieran volar y pegarse directamente con un seco ‘spuarc’ en las grandes puertas de la Iglesia. Puede sonar como exageración, pero ¿un concierto en frente de una iglesia?
“Eche, tú qué crees, Miche seguramente le tiró plata a la catedral, así que aja, no pasa nada”, fue la opinión de Marcela, una seguidora del género punk, mientras sostenía firmemente su lata de Brava. Su cabello era negro…pero sus raíces eran rubias.
Así como ella, había cantidades de jóvenes, todos en su mayoría colegiales, que se encontraban aglomerados frente a la plaza en “tribus”. Cada una con sus pintas, caminar y su actitud característica. La tensión entre grupos también era evidente.
Me encontraba entre un fuego cruzado de miradas asesinas y un aroma a ‘bareta’ que de vez en cuando se filtraba entre mis fosas. Creo que era el señor ‘vendepapitas’ de las escaleras. Me guiñó el ojo y señaló hacia la tarima. Otra banda estaba por tocar.
Emocionales
“¡Hey déjame ya, por qué no me dejan tranquilo?”, me dijo Analdo Gómez firmemente con los ojos algo aguados. Creo que sus amigos no lo notaron porque llevaba gafas.
“No sé cual es la vaina de ustedes los punketos, dejen de ser tan ardidos—yo no me meto con nadie, los emos somos pacíficos!”
“Yo no soy punketo, ni siquiera sé cómo es esa música”, le dije. “Yo estudio Comunicación y quiero que me hables sobre el evento y tus gustos musicales”.
“¿Seguro que no me vas a hacer perder el tiempo?”, pregunto ya convencido de mis buenas intenciones.
Analdo tiene 21 años y estudia Administración de Empresas. El nombre de su institución no lo quiso revelar, ya que “uno nunca sabe quién lea estas cosas”.
Él se considera emo (viene de la palabra emocional), una filosofía de vida que según el vox populi, consiste en vivir e infligirse sufrimiento. Suicidio, flagelación y todo tipo de castigos al cuerpo son asociados a esta tendencia, sin olvidar la pinta: negro en lo posible, a veces el rosado y el morado para expresar felicidad, y zapatos vans o converse. “La correa de tachas también puedes usarla y el pelo…bueno, mira mi pelo, es rizado, pero la norma es tenerlo liso y a la cara.”, exlica.
¿Por qué eres emo, Analdo?
-Porque así soy. Aunque el término emo lo conocí hace como dos años, averiguando en Internet. Casi todas las tendencias llegaron de Bogotá. Allá son muchos.
¿Para ti qué es ser emo? Cuestión de una pinta?
-No. Es cuestión de sentimientos. Sentirlos, reconocerlos. No tener miedo a llorar. Por eso es que dicen que somos “maricas”, porque no nos da miedo expresar sentimientos.
A ustedes los juzgan mucho, tengo entendido que también los persiguen. ¿Por qué?
-Como te digo, la gente es muy ignorante. Rechazan lo que no conocen, a lo que le tienen miedo. Nos llaman gays por homófobos, porque ven en el pelo o la música que escuchamos un arma para molestarnos.
¿Es verdad que se infligen daño a ustedes mismos? Se cortan, etc?
Eso depende. Yo te puedo asegurar que en Barranquilla hay muy pocos que lo hacen… los emos de aquí son como más relajados. Pero sí, hay una buena porción de la comunidad emo en Bogotá que lo hace. Yo no estoy de acuerdo.
¿Para qué?
Es parte de un ritual y hay que respetarlo. Es para recordarse del sufrimiento tenido en determinado momento.
El emo también nace de una identificación con un género musical. Háblame del tuyo.
Bueno había varias bandas, como My Chemical Romance, pero se volvieron comerciales. Lo comercial es vacío, superfluo y no merece mi atención. El género consiste en música profunda, como te digo, que no teme llorar, reír, expresarse emocionalmente.
¿Serás emo toda la vida?
Pues es algo de lo que definitivamente la hablaría a mis hijos. Aún no lo sé. Pero tengo claro que también hay etapas en la vida que se queman. Y yo ando en eso.
Además, otros emos se me acercaron y me hablaron de los distintos abusos a los que son sometidos por otras tribus-pandillas. Omitiendo siempre nombres, relataron que en el mismo campus de la Uninorte se dan todo tipo de abusos entre grupos al mejor estilo de un colegio gringo. La intolerancia y las ganas de sentirse superior frente a otra minoría parecen ser los detonantes de estos abusos.
Eso, y las ganas de encontrarle sentido a su “complicada” vida adolescente/univesitaria.
Empezó a llover a eso de las ocho y media. Sin darme cuenta, quedé enredado en medio del pogo. Los pegueros notaron inmediatamente que era un forastero y se me acercaban con caras pícaras. Era el momento de abrirse.
Los emos también se iban. Les deseé mucha suerte, aún cuando tenía claro que el recorrido que harían era sólo hasta su casa.
Uno nunca sabe.
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3 Kommentare:
Estuvo bien, y hasta entretenido, quizás pudiste terminar con más fuerza, pero no esta mal. Me quedó faltando la foto.
Muy bacano... como que me metí bastante en la historia. No me gustó cómo finalizaste (Opnión de comunicador). Saludos!
estuvo bien de verdad muy bien redactado........solo un error ortografico.......
pero creo k el 80% de todo lo k dijeron es falso........
por k cambiaron la informacion k se les dio???.......por k la volvieron amarallista en ves de mostrar no algo nuevo.....sino verdadero de los emos....k mal.......realmente.....k mal......ia me arrepenti de haberles ayudado
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