Freitag, 23. November 2007

REPORTAJE FINAL: EL EFECTO QUEMADOR


Seguidores y detractores de la piratería expresan su punto de vista en medio del auge que ésta vive actualmente.

Por Alfonso Olave M.



La piratería se tomó a Barranquilla. En las calurosas calles de la ciudad es común ver todo tipo de artículos “chiveados” a la venta, que van desde libros y discos compactos hasta las películas en el novedoso formato DVD, atrancadas en rústicos exhibidores de icopor o madera, al lado de un vendedor muy seguramente de tez morena azabache, sudando cada vez más debido al poder inclemente del sol Barranquillero. Y en muchos otros lados de la ciudad, hay miles de particulares aprendiendo el mal oficio, teniendo acceso a las nuevas tecnologías del copiado ilegal, montando su centro de copiado y vendiéndolo de forma personal y por encargo, de la forma más cómoda. Toda una orgía de piratería ilegal.

MALA JUGADA

A pesar de los golpes que le propina la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales a la piratería de música y videos, ésta de desarrolla cada vez más rápido sin ser detectada la gran mayoría de las veces. Uno de los sectores que más resiente este crecimiento es la industria del entretenimiento; que comprende las videotiendas y los grandes almacenes de música.

De acuerdo con Jesús Arciniegas Hernández, actual gerente de la videotienda Blockbuster Video Barranquilla, la piratería ha afectado la rentabilidad del negocio en los últimos tres años, debido a que los piratas “estrenan” títulos que se exhiben actualmente en cartelera: “Cuando se estrenan títulos taquilleros, mucha gente ya los vio en video pirata (…) así se pierde el interés de verlos”, asegura.

Para Jesús, este tipo de situaciones afectan de sobremanera a Blockbuster, y para ejemplificar, cita el caso del filme ‘El Hombre Araña 3”, cuya magnitud generó tal nivel de expectativa en la comunidad Barranquillera, que en la semanas previas a su estreno ya se encontraban copias ilegales desfilando en la mayoría de las esquinas de la ciudad. Después de todo el alboroto causado por ‘Spidey’, Blockbuster Barranquilla siguió con lo planeado y lazó sus copias oficiales. El estreno fue un total fracaso.

“Aquella vez fue un completo desastre para nosotros, porque pedimos muchísimas copias. Aunque sí alquilaron, nos quedamos con más de la mitad en stock. Es un problema, porque nosotros pagamos los derechos a los estudios dueños de las películas. Y gracias a la piratería, salimos perdiendo.”, dice casi que sollozando el chaval.

Por su lado, la reconocida tienda de música y entretenimiento Tower Records Barranquilla no es ajena a los estragos de la piratería. “En esta situación sólo gana el que vende la copia. El resto pierde”, afirma Edward Arenas, jefe de compras de la tienda. Según Arenas, el negocio de la música no radica en sólo la venta de los discos compactos; detrás de la venta, se mueve mucho dinero destinado a la producción del CD del artista, que incluye honorarios de todos los talentos reunidos para la producción del disco, los costos de marketing, y el porcentaje que corresponde al artista mismo. “Además, de todo el porcentaje que vende Tower, está una parte destinada a nosotros…eso sería nuestro sueldo. Si no se vende, pierdo yo también”, asegura.

¡TODOS A QUEMAR!

Mientras tanto, a unos cuantos metros de Tower Records, David Perez* ‘quema’ discos de música y DVD en la comodidad de su casa, y con la misma naturalidad con la que ve televisión, o hace sus deberes para la Universidad. Según David, el día de hoy termina temprano, porque no tiene tantos pedidos. “Últimamente estoy quemando DVD’s cada semana, de 10 a 15 películas”, dice, “Pero CD’s de música casi no, aunque quemé full en una época. Es que con el Ares, la gente misma se baja sus canciones”, explica mencionando al popular programa de descargas del momento. La especialidad de David son las películas en formato DVD. "La clave de mi éxito, es que ofreazco copias de muy buena calidad, y si son de cartelera, quemadas directamente de la cinta del carrete en el cine. Son copias...más especializadas", explica.

En medio de explicaciones sobre el proceso de copiado—que consiste en trasladar el material de un DVD al disco duro, para luego discriminar entre lo innecesario y lo imprescindible para ser copiado en el DVD virgen (porque no tiene la misma capacidad de uno original)—David Perez segura que cualquiera puede ser pirata hoy en día gracias a las nuevas tecnologías que los grandes conglomerados informáticos ponen a disposición de todos. Basta con tener unos cuantos conocimientos de informática básica, una máquina copiadora o quemadora de DVD’s y se está listo para empezar su propio negocio de piratería. “Da mucha risa cuando quieres probar el DVD quemado y te sale el “Warning” del FBI diciendo que la piratería es un acto ilegal y que te podrían cobrar no se que cuantos mil dólares por piratear. Y créame viejo men, nunca pasa nada”, asegura inocentemente.

Al ser cuestionado acerca de la ilegalidad de copiar material protegido por el derecho la propiedad intelectual, apunta: “Me parece estúpido ese escándalo por los DVD’s quemados. ¿Acaso no fueron los mismos gringos los que sacaron los ‘quemadores’ al mercado?” Para David, la situación es contradictoria, ya que el mismo mercado que se queja de la piratería es el mismo que continúa sacando nuevas y avanzadas tecnologías de copiado y demás artículos (como el popular software NERO) que lo facilitan.

En este aspecto coincide Jesús Arcniégas de Blockbuster, quien ve en las novedades tecnológicas una gran contradicción y un “arma de doble filo”. Para él, las multinacionales como EPSON o Microsoft saben que estas nuevas utilidades generan millones en ingresos debido a la gran demandan que generan; son conscientes de que los compradores de ‘quemadores’ realizan copias ilegales de los mismos programas de software que fabrican, y pareciera no importarles. ¿Formará esto parte de una gran conspiración financiera a gran escala? “Es obvio que les va muy bien vendiendo quemadores y estas tecnologías. Y dígame usted, quién va a poder frenar a Bill Gates, el hombre más rico del mundo?", se pregunta Arciniegas más a sí mismo dibujando una expresión lúgubre en su rostro, seguramente temiendo la quiebra de la tienda, y por ende, su inevitable despido.

AL MAL TIEMPO…

Sin embargo, nada está perdido para la rica industria del entretenimiento. Y es que todo depende desde el ángulo que se le mire. De acuerdo con el jefe de compras de Tower Records, aunque la venta de discos y DVD’s ha disminuido considerablemente en los últimos años debido a las copias y las descargas ilegales, el negocio sigue siendo din duda alguna bueno y produce ganancias decentes, mientras sigue llenando expectativas… siempre y cuando éstas sean realistas.

Según Arenas, la música y el cine mueven al mundo, son un arte, y como él, hay miles y miles de personas que valoran el trabajo de su artista favorito o no cambiarían por nada la experiencia de poder ver su serie o película favorita en formato original, o bien, disfrutar de la maravillosa experiencia del Cinema. “Son coleccionistas. Son gente culta. Aprecian el arte. Valoran todo, hasta el arte de la carátula de un DVD. Esto es importante.” , asegura Arenas con cierto tono elitista. Además, se emplean diversas estrategias que funcionan exitosamente, como es el caso de las promociones y la variedad de stock. Para él, la variedad en los géneros musicales como el jazz o el chill out, y la importación de series de televisión completas en DVD , gozan de un gran número de seguidores; son los que permanecen fieles a las obras originales. “Como te digo, es muy raro que la música chill out o un buen concierto de Ibiza se consiga pirata. Y lo pirata copia siempre lo popular”, remata con voz agresiva.

Por otro lado, la industria cinematográfica no se queda de brazos cruzados. Blockbuster aplica también sus estrategias para mantenerse , las cuales, según Jesús Arciniegas, han dado buenos resultados. “Blockbuster cerró en Ecuador por falta de control.”, dice Jesús, “pero aquí en Colombia seguimos abriendo más videotiendas. Les ofecemos a nuestros clienes DVD’s de calidad, con extras y making-ofs de los directores más reconocidos, diversidad y promociones. Títulos que los piratas no sacan…o mas bien, ni conocerán.”, explica haciendo referencia a las nuevas repisas agrandadas y mejoradas con títulos de cine europeo y latinoamericano, ubicadas al fondo, cerca de la sección infantil. “Nuestro target es gente que no se habitúa a la piratería, generalmente de estratos 5, 6 y 7. Por ellos nos mantenemos. Ellos aprecian la calidad”.

Sin embargo, Chucho podría pasarse de optimista. Al ritmo que vamos, las tecnologías facilitan las descargas ilegales mientras la calidad de las mismas no tienen nada que envidiarles al producto original. Es evidente que el problema sigue creciendo. Todos hemos consumido productos piratas. Y a pesar de esfuerzos de entidades como la DIAN, el problema de la piratería es mundial, y más específicamente, en nuestro país Colombia, parece ser más de carácter social y económico. Esta es la opinión de varios usuarios del portal de Internet para hackers colombianos Laneros.com, en donde el consenso general es que la industria del entretenimiento deberían tener en cuenta el salario promedio de cada país latinoamericano para así coincidir en un precio lógico para los productos. Según M-Bot, usuario del foro de laneros, “no es justo pagar por un CD o un DVD de una artista extranjero entre 80.000 o 130.000 pesos, si es de colección. Cosas así son las que anima a la gente a comprar pirata…la verdad es que a uno no le dolería pagar algo razonable por algo bonito y original.”

De regreso a un cómodo apartamento “pupi” al norte de la ciudad de Barranquilla. David Pérez, nuestro joven pirata—y uno de los muchos jóvenes costeños q ayudan a subsistir con este oficio— mira cómodamente como una de sus obras termina de copiarse en su modesto portátil. En su cara se lee una sonrisa satisfacción. Satisfacción porque sabe que recibirá dinero a cambio…pero también satisfacción de estar desafiando la ley prácticamente. Y es ¿que qué más se puede esperar de un zanahorio de 19 años? Al pedirle una puntuación acerca del tema, dice: “Mira la economía colombiana no da para comprar una película original gringa a 186.000 pesos cuando sabes que con esa misma plata te podrías comprar miles de DVD’s piratas.. El consumidor tiempo querrá que le den todo gratis. Pero como eso no sucede, compra lo mas barato, en ese caso lo pirata. Así somos en Colombia, así somos también en Barranquilla. Piratas”.

Amén.

Dienstag, 13. November 2007

Servicio a la habitación


De cómo pase dos horas acompañando a una mucama del motel married Plaza.


En esta ocasión, acompañé a Yamile Cárdenas en su labor de mucama en un desconocido motel de la ciudad llamado Married Plaza, curiosamente ubicado en una zona de oficinas en el barrio Boston.

Al llegar, el gerente y otro encargada estaba más que receloso de aceptarme, y cómo no estarlo: yo podía ser un periodista de Caracol en encubierto que venía a deverlas los cochinos secretos que se escondían en este pequeño edificio de escasos 3 pisos. Después de hablarle y explicarles que me acometía analizar que la dinámica de un motel es como la de un hotel cualquiera, sólo que a menor escala (sí, se me a creyeron), aceptaron que deambulara con Yamile sólo en el primer piso, que era el que menos congestión tenía durante la tarde. La señora, cuyos ojos develaban un poco de emoción a pesar del cansancio, se mostraba más que colaboradora. Era un cambio en su rutina. Evidentemente.


La recepción como tal es un elemento inexistente. Ubicada al lado del parqueadero secreto, es una especie de mini stand del portero que huele a splash barato de pachulín con cigarro. La arrugada señora que atiende posee esa cara de vieja recorrida que consciente de que se lugar con un negocio muy bueno. Sus gordas y caídas tetas saludan a un ombligo que deja entrever el sudor, que se filtra a través de su blusa barata justo en esa zona, creando un círculo imperfecto.. Efecto de conductor de bus de antaño, diría yo. “20 mil barras la hora…que es más o menos lo que demora un polvo.”. Toda una ganga.

-“Papi ven, por aquí”, dice Yamile de repente sosteniendo un trapero en una mano y un balde naranja eléctrico lleno de implementos de limpieza en la otra.

En el pasillo, vemos salir de una habitación a un señor con pinta de casado con una mujer un poco más joven de rasgos indígenas. A juzgar por la hora, fijo es la secretaria. Entramos al cuarto a investigar.

Los cuartos son pequeñísimos. Si me dicen que se trataba de un cuarto de cárcel, ¡lo creo! El cuarto posee ese olor de sexo recién practicado como con color a orín de gato—ese hedor típico de ciertos edificios descuidados donde los gamínes se reúnen según el deber natural de follar se lo indique. La cama, obviamente deshecha. En sí la habitación estaba en buen estado, salvo el olor delatador. “Anda… este es fácil”, exclama con tono rutinario. La mujer se dispone a revisar las sábanas.

"Bueno, y ¿no te da pena hacer este trabajo?”, pregunto. Mi voz sale algo golpeada, como de Cartagenero. Supongo que inconscientemente quiero conectar con la entrevistada.

“A veces sí es raro, porque estas entrando a un cuarto que se acaban de pichar, si me entiende….”, dice aguantando las ganas de reírse. Esa señora de unos 40 y tantos años aún conserva la vergüenza típica de cualquier juvenil sureña.

Claro que le entiendo. Las gotas de “leche pringaa” de las sábanas son más que explicativas.

Yamile saca el trapero y hace su trabajo. Lo típico. Mientras coge las sábanas y las mete en el tanque, estas me rozan, y siento como una parte de la intimidad asquerosa de esas personas se me queda impregnada en la piel; unos jugos y sudoraciones ajenas, de la intimidad sexual de perencejo y fulanita que nunca pensé tocarían mis folículos. Asco.

Frío me recorre la espalda.


“Anda, ¡mira el regalito que nos dejaron!”, exclama, y antes de poder ver el sonado regalito, veo con horror cómo esta señora levanta del suelo un condón lleno de la blanca secreción que será seguramente la causante de un embarazo no deseado en la joven secretaria Mocaná. ¡Mis ojos no pueden creer lo que ven!


“Anda Yamile, ¿no te da asco?”, me quejo.

“Nombe nada niño, eso es rapidito… ¡ni se siente!”, responde, consciente de que lo que hace es una absoluta porquería.


El condón se nota algo manchado de amarillo a través del contraluz de la ínfima ventana. No le permití a mi cerebro desentrañar el misterio de la nueva sustancia embadurnada en el latex libidinoso.

“Pero…mija, ¿¡no te da asco que se te pegue alguna enfermedad?! Como el SIDA?! Si llegas a tener tan sólo una heridita en tu mano, en alguno de tus dedos…”


“Nombe Papi, no”, interrumpe. “Si esta gente logra pagar sus 20 mil barras para meterse a pichar, ¿tú crees que van a ser de esos que tengan algo raro..?”